martes, 30 de abril de 2013

PUNTOS NEGROS EN EL CUERPO DE MAQUINAS DE LA FLOTA REPUBLICANA


El Jefe de Máquinas de un buque es el máximo responsable del departamento de máquinas y tiene encomendada la dirección, supervisión y mantenimiento de los sistemas de propulsión y servicios auxiliares del barco.

Si por cualquier motivo la maquinaria de un buque deja de funcionar o lo hace de forma inadecuada a las exigencias de su misión necesita ser reparado y por tanto apartado del servicio, esta situación representa un considerable perjuicio económico para el armador, perjuicio que refiriéndonos a buques de guerra en tiempo  de conflicto adquiere unas dimensiones extraordinarias.

De lo anterior la especial y relevante importancia de cumplir al pie de la letra los protocolos de mantenimiento tanto en su aspecto preventivo como en el correctivo sin olvidar el valor de una evaluación predictiva constante de la maquinaria y sus componentes accesorios.

Para llevar a cabo las tareas relativas al funcionamiento y  mantenimiento de la maquinaria que los buques tienen instalada  se cuenta a bordo con equipos dirigidos por el Jefe de Máquinas entre los que se encuentran Oficiales de Máquinas de diversa graduación, Auxiliares de Máquinas y personal subalterno.

Lo anterior en su sentido conceptual prácticamente no ha experimentado variación al menos desde 1936, fecha de inicio de la Guerra Civil española.

Ya en entradas anteriores se ha puesto de manifiesto el elevado número de incidencias que presentaban algunos buques de la Flota Republicana, incidencias, averías que daban lugar al amarre de sus buques de guerra por largos periodos de tiempo e incidencias que en su mayoría tenían su origen en una falta de mantenimiento o en una ejecución defectuosa del mismo, dando lugar a numerosos informes elaborados por la Jefatura de Inspección de Máquinas de la Flota dirigidos a su Estado Mayor en los que se ponía de manifiesto el origen extraordinario de las averías e incluso se rechazaba la existencia de muchas de ellas o su grado de alcance, motivos por los cuales se implantaba entre los  responsables de los buques la lógica sombra de la duda sobre posibles actuaciones de sabotaje o colaboracionismo con el enemigo

El 18 de septiembre de 1.937, quince meses después de comenzada la guerra, el jefe de los Servicios de Inspección en cumplimiento de las órdenes recibidas emite informe sobre la situación de la maquinaria del Destructor Almirante Valdés:

Sr.Jefe de la Flota, 
En cumplimiento a lo ordenado y referente a la propuesta presentada por el Jefe de Máquinas del destructor “A.Valdés”  con motivo del estado en que, dice en ella, se ha encontrado la instalación propulsora de dicho buque al hacerse cargo de su actual destino y como consecuencia de ello  propone modificar técnicamente el sistema actual de entretenimiento del material y obtener así las máximas prestaciones con que fueron proyectados, sugiriendo al mismo tiempo el nombramiento de una ponencia que estudie en firme y con eficacia las normas aplicables a tal fin, debo manifestarle :
Destructor de la clase Churruca
"Almirante Valdés"
Que dicho Maquinista se hizo cargo del destino que hoy ocupa el día ocho del corriente mes interviniendo la entrega de máquinas el jefe que suscribe. Dicha entrega se hizo reglamentariamente, esto es, saliendo el buque a la mar donde permaneció navegando más de 48 horas. En el Acta de entrega consta que “el estado general de las calderas es BUENO; que las maquinas propulsoras están en BUEN ESTADO DE CONSERVACION Y LIMPIEZA y que no dan más de 280 revoluciones por minuto; que los aparatos auxiliares están en BUEN ESTADO DE CONSERVACION Y LIMPIEZA, dando los ventiladores actualmente y por término medio 700 revoluciones por minuto. Observándose torceduras de eje en el Br.popa y desprendido de su base el de Br.proa”. Como consecuencia de estas observaciones se reconocieron los ventiladores aludidos y todos los demás, resultando de ello que en ninguno de los ventiladores existían torceduras en sus ejes aunque si se encontraban flojos los pernos de sujeción de los aludidos Br.popa y Br.proa. Esta anormalidad se corrigió rápidamente por el personal de a bordo, del mismo modo que pudo haberse corregido antes en evitación de una avería que hubiera requerido varios días de trabajo... Respecto a la velocidad de estos ventiladores ya se venían cambiando los aros-muelles de sus émbolos por encontrarse rotos, estando reemplazados en la actualidad ocho de ellos y que una vez probados a una presión de 14 Kgs. dieron más de las 1.000 revoluciones que de construcción tienen señalada. Cuando navegando trabajen con 16 Kgs. de presión pasarán fácilmente del expresado número de revoluciones. Entre los varios defectos observados por al Inspección de Máquinas y que pasaron desapercibidos para el jefe de Máquinas se detectó que estaban desprendidas las planchas separadoras de los fluxes de algunas calderas.
Estas consideraciones que efectúa el Jefe que suscribe sobre la actuación profesional del Jefe de Máquinas podrías hacerlas análogas del de otro destructor, los cuales son los únicos de todos de los que tienen el mismo cargo en los buques de la Flota y Flotillas cuyas actuaciones han obligado a que esta jefatura tuviera que proceder a amonestarles, bien por ausentarse de a bordo durante la realización de trabajos de urgencia, bien por falta de celo o por oponerse a ordenes recibidas alegando que “su” personal de a bordo no tenían la obligación de ejecutar trabajos que según ellos debían llevarse a cabo por la S.E. de C.N.
Estas exposiciones y muchas otras más que podrían hacerse  referente a la actuación de estos Jefes de Máquinas, se efectúan con objeto de que sirvan de fundamento o información para el parecer e informe que finalmente emite esta Jefatura sobre el asunto que se le consulta.
En efecto, siendo misión de esta Jefatura e Inspección de los Servicios de Máquinas de la Flota procurar por todos los medios que los buques afectos a la misma se encuentren siempre en condiciones de desempeñar las comisiones de GUERRA que los mandos respectivos les confieran, y teniendo en cuenta que el volumen de trabajo que actualmente tiene que atender la SECN y la falta de personal especializado para ello y siendo además ineludible para el personal de máquinas de los buques atender al “manejo, conservación y reparación de máquinas, calderas y aparatos auxiliares” se ve precisada esta jefatura a hacer cumplir dicha obligación por mandato de la Ley y sobre todo porque nos encontramos en estado de GUERRA, procurando , no obstante, atenuar el trabajo de dicho personal cuando las circunstancias, el cumplimiento de las misiones y el servicio lo permitan, desviando el mismo a la SECN y evitando siempre desviar trabajos no urgentes o prescindibles.
El Mando seguramente habrá observado que en la Flota hay buques con elevado tiempo de servicio, de los cuales no solo no parten objeciones  ociosas sino que siempre se encuentra su personal dispuesto a la colaboración y cumplimiento de buen grado de las órdenes. En estos buques el personal de máquinas trabaja incansablemente y solo solicitan ayuda para aquellos trabajos en que les es imprescindible el auxilio del Taller, consiguiendo siempre las velocidades pedidas por el Mando respectivo; ello demuestra sencillamente que la dirección, la observación constante de los aparatos cuando están funcionando para anotar anormalidades en el momento de iniciarse y proceder a su corrección inmediata, el celo y amor profesional…etc, de los respectivos Jefes de Máquinas dan el fruto natural de tal proceder, siendo esta conducta el mejor procedimiento para corregir las deficiencias que se puedan producir, o lo que es mejor, evitarlas en la mayoría de los casos, prueba de ello la simple comparación entre los servicios prestados por estos buques y los realizados por aquellos que no cumplen sus obligaciones.
Además no deben ignorar los Jefes de Máquinas y sus mandos respectivos que los buques no se encontraban en las mejores condiciones de eficiencia cuando se inició la sublevación y que sus dotaciones los conservaron heroicamente para la República.; como tampoco las causas por las cuales no entrega la SECN  los de nueva construcción en las condiciones y plazo de contrato, por lo tanto las deficiencias que emanen de lo apuntado tienen que irlas sorteando las Jefaturas de las distintas especialidades afectas a los E.E.M.M. de la Flota y Flotillas, como también la Jefatura del Arsenal y personal técnico a sus ordenes, evitando en lo posible que las dotaciones se priven del descanso a que tienen derecho, pero sin olvidar nunca que estamos en GUERRA cuando sea necesario trabajar intensamente sin tiempo limitado, actitud y comportamiento que afortunadamente practica la mayoría del personal de las dependencias y dotaciones de la Flota y las Flotillas.
Por lo expuesto y con referencia a la propuesta formulada sobre el nombramiento de una ponencia para que se estudie lo que está sobradamente estudiado, asi como la creación de equipos de auxilio para cada buque, el Jefe que suscribe no puede tomar en consideración tal propuesta y en su lugar procede a exigirles a algunos Jefes de Máquinas que cumplan estrictamente con sus obligaciones y que ejecuten a bordo aquellas reparaciones cuya solución evita averías mayores y la inmovilización segura del buque. Ello sin perjuicio de solicitar nuevamente a ese Mando que Maquinistas, Auxiliares y Fogoneros, de depósito en el Arsenal o destinados en buques o dependencias sin rendimiento profesional sean destinados a aquellos buques que se encuentran en reparación o que accidentalmente estén realizando reparaciones urgentes, dependiendo siempre su control de esta Jefatura de los Servicios de Inspección de Máquinas de la Flota.
Es cuanto tengo que informar a V.E. en cumplimiento de mi deber.

A bordo “LIBERTAD” a 18 de septiembre de 1.937
El Jefe de los Servicios de Máquinas de la Flota.Fdº.: Tte. Coronel Benito Sacaluga.



DESTRUCTOR ALMIRANTE VALDÉS

Cuando se realiza el Informe detallado anteriormente el destructor Almirante Valdés (Clase Churruca Primera Serie ) tiene solo 4 años y medio de estado operativo. Fue botado en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN) de Cartagena el 8 de septiembre de 1.930 y entregado a la Armada el 17 de marzo de 1.933. Durante la guerra estuvo adscrito a la Flotilla de Destructores con base en Cartagena. El 18 de julio de 1.936 su comandante , el Capitán de Corbeta Francisco Taviel de Andrade  junto con sus oficiales, estando el buque recalado frente a Melilla a donde se dirigió cumpliendo ordenes del Gobierno de bombardear los acuartelamientos de tropas, intentó unirse al Alzamiento, operación que fue impedida por la tripulación, quedando el buque bajo el mando de su Jefe de Máquinas Santiago López Jiménez procediéndose al arresto de los oficiales sublevados y poniendo rumbo a Cartagena. En 1.939 partió desde Cartagena con el grueso de la Flota hacía Bizerta, puerto donde el 29 de marzo de 1.939 fue entregado por Túnez a la marina franquista y para la que siguió prestando servicio hasta diciembre de 1.957, diecisiete años, siendo por tanto su vida útil 24 años.La práctica totalidad de la tripulación republicana que llevó el buque hasta Bizerta fue internada en el campo de concentración de Meheri-Zabbens.

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

Desplazamiento : 1.800 toneladas
Eslora : 102 metros
Manga ; 9,70 metros
Calado : 3 metros
Puntal : 6 metros
Propulsión :
4 Calderas Yarrow
2 Turbinas  Parsons
Combustuible :  Fuel
Potencia nominal : 42.000 CV
Velocidad máxima : 36 nudos
Autonomía : 2.950 millas a 14 nudos

Armamento 
5 Cañones Vickers de 120/45 mm.
1 Cañón Vickers Antiaéreo de 76,2 mm.
6 Tubos Lanzatorpedos de 450 mm.
2 Morteros Lanzacargas

Dotación
190 Tripulantes.


Benito Sacaluga



Fuente : Archivo General de la Marina Alvaro de Bazán

sábado, 20 de abril de 2013

FIESTA DE LA LIBERTAD EN CARTAGENA







14 de abril de 2013:

Remitido


Por primera vez se celebró en Cartagena la "Fiesta de la Libertad", en la fecha conmemorativa de la instauración de la II República Española.

La Asociación Memoria Histórica de Cartagena, con el apoyo de la Asamblea 15M, Colectivo Carmen Conde, CCOO, EQUO, Juventudes Comunistas, La Huertecica, Frente Cívico, Izquierda Unida, PCE, Plataforma 8 Marzo, PSOE, Intersindical Región Murciana y UGT, convocó a los ciudadanos y ciudadanas amantes de la DEMOCRACIA y la LIBERTAD a los actos conmemorativos de la efemérides del 14 de abril.


A las 11 de la mañana, en el Cementerio Municipal Nuestra Señora de los Remedios, de Cartagena, se congregó un grupo de unas 200 personas que rindieron homenaje a los caídos por la Libertad, concentrándose, en primer lugar, en la tumba donde reposan los restos de los 51 republicanos ejecutados que fueron sepultados en la, en su día, denominada"Fosa X", y que fue dignificada hace dos años, con la restauración llevada a cabo por la Asociación Memoria Histórica de Cartagena.

A continuación se dirigieron a la sepultura de los marinos fallecidos en el crucero Cervantes, también restaurada por esta Asociación, y a la que se devolvió el texto original que había sido mutilado durante los años de la dictadura.

La tercera parada del recorrido tuvo lugar frente al memorial, también erigido por esta Asociación, que se encuentra junto a la tapia en la que se llevaban a cabo los fusilamientos de los republicanos, ejecutados por las autoridades fascistas, memorial que recoge los nombres, tanto de los fusilados en Cartagena, como de quienes, siendo procedentes de esta ciudad, lo fueron en otros lugares.

No faltó en el itinerario un momento para detenerse frente a la sepultura del joven cartagenero Pencho Egea López, fallecido en Valencia, en los años setenta a consecuencia del impacto de una bala de goma disparada por la policía nacional durante una manifestación.

Una vez concluidos los actos de homenaje, se formó espontáneamente una caravana de vehículos que, mostrando a través de sus ventanillas banderas republicanas, se encaminó, por las calles de Cartagena, en dirección a los locales de la Asociación de Vecinos de la Urbanización Mediterráneo, donde, a partir de la 1 de mediodía, comenzó la celebración de la "Fiesta de la Libertad", con intervención de las organizaciones convocantes.

Tras las distintas intervenciones, se llevó a cabo una comida de fraternidad, amenizada con fondo musical, y después tuvo lugar una serie de actuaciones de grupos musicales, bailes y recital de poesía.

La fiesta, en la que participaron alrededor de 300 personas, se prolongó hasta bastante tarde.

Enrique Jesús Nicolás Paredes
Presidente Asociación Memoria Histórica de Cartagena


martes, 16 de abril de 2013

HOMENAJE FRANCÉS A LOS REPUBLICANOS ESPAÑOLES



Intervención de Catherine Peyge, alcaldesa de Bobigny, el 13 de abril de 2013, durante el acto de inauguración de una calle en esa localidad francesa en honor a los republicanos españoles.




(1) "Al atardecer del 24 de agosto de 1944, una pequeña vanguardia de la segunda División Blindada del general Leclerc  se abalanzó hacia un París insurgente pero que seguía ocupado por los alemanes y alcanzó el Ayuntamiento. Los quince blindados tomaron posición para defender el Comité Nacional de Liberación que se había instalado allí.

Los parisinos que habían acudido se extrañaban de descubrir los nombres de esos blindados : Madrid, Guadalajara, Brunete, Guernica, Teruel e incluso Don Quijote…

Dos días después, el general de Gaulle, el general Leclerc y los miembros del Comité de Liberación subían a pie los Campos Elíseos en medio del alborozo popular. Las noticias de entonces muestran imágenes de esos mismos carros blindados que abrían la marcha y aseguraban la protección de ambos hombres de la muchedumbre de los parisinos que los aclamaban, pero esas imágenes dejan en el anonimato a los hombres que conducían esos carros blindados.

La amnesia embargó la historia oficial en relación con  esos hombres. Para el gran público, salieron por fin del anonimato y del olvido sesenta años más tarde, en agosto de 2004, en un artículo del Nouvel Observateur firmado por el general Michel Roquejoffre.

Escribía : « Son los vehículos del teniente Amado Granell, quien soñaba con la restauración de la República en España ; del sargento Campos, anarquista, evadido de España, jefe de comando en los cuerpos francos de Africa ; del sargento jefe Garcès, aragonés de Zaragoza, matador de toros bajo el nombre de Larita II, veterano de la Legión ; de Enguinados, nacido en México de madre india y de padre español, alistado a los 15 años en las filas republicanas ; de Juan Reiter, de origen alemán, antiguo jefe de batallón del ejército republicano español, evadido de España ; de Carino López, marinero pescador gallego quien, después de la desbandada de los Republicanos, llegó a Orán en una pequeña chalupa… » 
Subraya el general Roquejoffre : "Esos españoles habían vuelto a tomar las armas para liberar Francia. Los franceses deben saberlo (…) Tienen derecho a todo el agradecimiento de los franceses". 

El agradecimiento de la Francia oficial fue harto modesto. No obstante Francia tenía esa deuda de honor que hubiera debido saldar para borrar el profundo sentimiento de vergüenza inspirado por su actitud hacia esos hombres, hacia los Republicanos Españoles, hacia vosotros quienes estáis aquí hoy en nombre de ellos.

Cuando necesitabais ayuda Francia os abandonó. Cuando hubiera podido acogeros con los brazos abiertos, lo hizo apuntándoos con las bayonetas.

Sí, en la España de 1939, “Ellos” sí que pasaron…pero eso sucedió debido a la traición  en la que, después del fracaso del Frente Popular, Francia participó. Después de su proclamación el 14 de abril de 1931, la República española le daba miedo a todos los bien-pensantes, como le daba miedo a la City de Londres y a Wall Street. Representó sin embargo una esperanza para los pueblos del mundo entero que se organizaron en un formidable movimiento para sostenerla.

Decenas de miles de mujeres y hombres, en particular en Francia, se alistaron en las Brigadas Internacionales, para combatir a su lado, a vuestro lado. Con sus sombras y sus luces, las Brigadas escribieron una de las páginas que marcaron el siglo.

Su heroísmo, el de los combatientes republicanos no bastaron.

La política de no-intervención de las grandes potencias democráticas abandonó de hecho España a Franco. Dejó el campo libre al apoyo masivo que le aportaron  la Italia de Mussolini y sobre todo la Alemania de Hitler que utilizó España para experimentar sus técnicas de guerra y los bombardeos masivos de poblaciones civiles.

¿Cómo olvidar ? Aquel día, el 26 de abril de 1937, en Guernica, era día de mercado cuando surgieron los aviones de la Legión Cóndor enviada por Hitler y arrasaron Guernica bajo una lluvia de bombas. Hoy el horror de aquel acto sigue siendo experimentado. En efecto, Picasso volvió ese crimen imprescriptible pintando su célebre y dramático cuadro dedicado a la ciudad vasca, mientras Paul Eluard anunciaba como visionario la “victoria” futura de los muertos de Guernica.

Frente a una potencia tecnológica superior, mal equipados, débilmente sostenidos por la falsa generosidad de Stalin, los ejércitos de la República acabaron cediendo. Los historiadores no han acabado de hurgar en las fosas de la guerra de España, una guerra que sigue atormentando nuestra memoria con imágenes terribles.

¿ Cómo olvidar las de la « Retirada » ? Esos centenares de miles de mujeres, de niños, de soldados exhaustos, azorados, estremeciéndose de frío, de hambre, heridos o enfermos, andando –hormigueros humanos de desesperanza y de miserias – hacia la esperanza que representaban para ellos  Francia.

Ésta  os acogió como bandidos. Hacinados en campos o abandonados con vuestra hambre, vuestra sed, sin cuidados, sin cobijo, entregados a los piojos, al tifus, muchos de los vuestros murieron. Los blindados de la Liberación que conducíais en el combate hubieran podido llevar otros nombres: Los de Argelès, del Vernet, de Gurs, de Agde, de Bram, de Setfonds…todos esos campos de concentración del Suroeste donde  la Francia de entonces os hacinó.

Hubieran podido llamarse también, Setat Relizane, Bou-Arfa, camp Morand, Oued-Akrouch, Kenadsa, Tandara…esos campos de Africa del Norte, entre ellos los siniestros campos llamados « de castigo» de Hadjerta M’guil, Ain el Ourak, Meridja o Djelfa, verdaderas colonias penitenciarias donde, sometidos a los trabajos forzados, estabais entregados al sadismo de guardias que tenían derecho de vida y muerte sobre vosotros.  Todos esos nombres de campos de concentración franceses que habéis conocido a menudo antes de conocer los campos nazis. Había más de una cincuentena, han sido borrados de la memoria francesa, sin duda por estar demasiado cargados de vergüenza. No obstante, en cuanto Francia hubo declarado la guerra a la Alemania nazi, fue de aquellos campos de donde surgisteis para volver a tomar las armas y combatir, en primera línea, a aquel enemigo que nos era común.

Mucho tiempo fue acreditada la idea de que no habíais sido sino un puñado en participar en la Liberación de Francia.

La verdad es que –en la diversidad de lo que érais- habéis sido decenas de miles en combatir para ella : en los ejércitos aliados, bajo el uniforme de La Francia Libre, en las filas de los Francos Tiradores y Partisanos, en los de la M. O. I., en los maquis del Limousin, de los Glières, del Vercors, como guía de clandestinos en los Pirineos…

Cuando uno de vosotros caía, poníais en su tumba una pequeña bandera republicana. Pedíais que la inscripción « muerto por Francia » -lo que era el caso- fuera reemplazada por « muerto por la Libertad » 

Vuestro compromiso en los combates de la Francia Libre respondía a valores universales : los de la Libertad, de la Justicia, de la Democracia, esos valores encarnados por la República que habíais defendido durante más  de treinta meses de una atroz guerra civil. Una vez liberada Francia, viendo de nuevo traicionadas vuestras esperanzas de liberar España a su vez, habéis preferido la sombra y el silencio a la fama de los héroes.

Sí, Francia os debe su total reconocimiento y su gratitud.

Bautizando con vuestro nombre esta calle de Bobigny, tenemos la plena conciencia de sólo pagar un modesto tributo, pero lo hacemos con todo corazón.

¡Honor a vosotros, hombres de la República española, combatientes de la Libertad ! "

Catherine Peyge
Alcaldesa de Bobigni
13 Abril 2013.

El 26 de agosto de 1.944 las tropas aliadas entraron triunfantes en París, Los soldados españoles de la División Leclerc desfilaron llevando en sus estandartes los colores de la Segunda República Española; las posteriores protestas del régimen franquista fueron ignoradas por el gobierno francés.


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Fuente:  Traducción al español de Rose-Marie Serrano (Amigos de los Republicanos Españoles de la Región Parisina). Publicada en Radio BCN Estación Mediterránea ABF. 


jueves, 4 de abril de 2013

LA MONARQUIA, EL ETERNO PROBLEMA



A finales de 1.930, Ortega y Gasset publicó un artículo en el diario El Sol a cuenta del General Berenguer, sucesor del general golpista Primo de Rivera, que con la connivencia del rey Alfonso XIII instaló la dictadura en España en 1.923 

En esos momentos el rey Alfonso XIII pretendía hacer olvidar los años de dictadura militar por él consentida, presentando a Berenguer como una especie de primera transición, de una vuelta a la normalidad política e institucional, de un bálsamo para la decadente monarquía, un gobierno que fue conocido como la dictablanda. 

El artículo de Ortega bien podría hoy en día, y por supuesto en los años en que se pergeñó nuestra "transición, después de muy ligeras adaptaciones sobre aspectos temporales y numéricos, disfrutar de una actualidad tan pasmosa como real, y desde luego su latina frase final sería hoy cabecera de la opinión de millones de personas tanto dentro como fuera de España, y todo ello a pesar de que la dictadura sufrida por los españoles en aquella época "solo" fue de 7 años, y no de más de 40 como es el caso de todos los españoles que aún respiraban en abril de 1939 y de todos sus descendientes.

El articulo, como digo, se publicó a finales de 1930, en el mes de noviembre concretamente, cinco meses después se proclamaba en España la II República.



 

El error Berenguer

No, no es una errata. Es probable que en los libros futuros de historia de España se encuentre un capítulo con el mismo título que este artículo. El buen lector, que es el cauteloso y alerta, habrá advertido que en esa expresión el señor Berenguer no es el sujeto del error, sino el objeto. No se dice que el error sea de Berenguer, sino más bien lo contrario -que Berenguer es del error, que Berenguer es un error-. Son otros, pues, quienes lo han cometido y cometen; otros toda una porción de España, aunque, a mi juicio, no muy grande. Por ello trasciende ese error los límites de la equivocación individual y quedará inscrito en la historia de nuestro país.
Estos párrafos pretenden dibujar, con los menos aspavientos posibles, en qué consiste desliz tan importante, tan histórico.
Para esto necesitamos proceder magnánimamente, acomodando el aparato ocular a lo esencial y cuantioso, retrayendo la vista de toda cuestión personal y de detalle. Por eso, yo voy a suponer aquí que ni el presidente del gobierno ni ninguno de sus ministros han cometido error alguno en su actuación concreta y particular. Después de todo, no está esto muy lejos de la pura verdad. Esos hombres no habrán hecho ninguna cosa positiva de grueso calibre; pero es justo reconocer que han ejecutado pocas indiscreciones. Algunos de ellos han hecho más. El señor Tormo, por ejemplo, ha conseguido lo que parecía imposible: que a estas fechas la situación estudiantil no se haya convertido en un conflicto grave. Es mucho menos fácil de lo que la gente puede suponer que exista, rebus sic stantibus, y dentro del régimen actual, otra persona, sea cual fuere, que hubiera podido lograr tan inverosímil cosa. Las llamadas «derechas» no se lo agradecen porque la especie humana es demasiado estúpida para agradecer que alguien le evite una enfermedad. Es preciso que la enfermedad llegue, que el ciudadano se retuerza de dolor y de angustia: entonces siente «generosamente» exquisita gratitud hacia quien le quita le enfermedad que le ha martirizado. Pero así, en seco, sin martirio previo, el hombre, sobre todo el feliz hombre de la «derecha», es profundamente ingrato.
Es probable también que la labor del señor Wais para retener la ruina de la moneda merezca un especial aplauso. Pero, sin que yo lo ponga en duda, no estoy tan seguro como de lo anterior, porque entiendo muy poco de materias económicas, y eso poquísimo que entiendo me hace disentir de la opinión general, que concede tanta importancia al problema de nuestro cambio. Creo que, por desgracia, no es la moneda lo que constituye el problema verdaderamente grave, catastrófico y sustancial de la economía española -nótese bien, de la española-. Pero, repito, estoy dispuesto a suponer lo contrario y que el Sr. Wals ha sido el Cid de la peseta. Tanto mejor para España, y tanto mejor para lo que voy a decir, pues cuantos menos errores haya cometido este Gobierno, tanto mejor se verá el error que es.
Un Gobierno es, ante todo, la política que viene a presentar. En nuestro caso se trata de una política sencillísima. Es un monomio. Se reduce a un tema. Cien veces lo ha repetido el señor Berenguer. La política de este Gobierno consiste en cumplir la resolución adoptada por la Corona de volver a la normalidad por los medios normales. Aunque la cosa es clara como «¡buenos días!», conviene que el lector se fije. El fin de la política es la normalidad. Sus medios son... los normales.
Yo no recuerdo haber oído hablar nunca de una política más sencilla que ésta. Esta vez, el Poder público, el Régimen, se ha hartado de ser sencillo.
Bien. Pero ¿a qué hechos, a qué situación de la vida pública responde el Régimen con una política tan simple y unicelular? ¡Ah!, eso todos lo sabemos. La situación histórica a que tal política responde era también muy sencilla. Era ésta: España, una nación de sobre veinte millones de habitantes, que venía ya de antiguo arrastrando una existencia política bastante poco normal, ha sufrido durante siete años un régimen de absoluta anormalidad en el Poder público, el cual ha usado medios de tal modo anormales, que nadie, así, de pronto, podrá recordar haber sido usados nunca ni dentro ni fuera de España, ni en este ni en cualquier otro siglo. Lo cual anda muy lejos de ser una frase. Desde mi rincón sigo estupefacto ante el hecho de que todavía ningún sabedor de historia jurídica se haya ocupado en hacer notar a los españoles minuciosamente y con pruebas exuberantes esta estricta verdad: que no es imposible, pero sí sumamente difícil, hablando en serio y con todo rigor, encontrar un régimen de Poder público como el que ha sido de hecho nuestra Dictadura en todo al ámbito de la historia, incluyendo los pueblos salvajes. Sólo el que tiene una idea completamente errónea de lo que son los pueblos salvajes puede ignorar que la situación de derecho público en que hemos vivido es más salvaje todavía, y no sólo es anormal con respecto a España y al siglo XX, sino que posee el rango de una insólita anormalidad en la historia humana. Hay quien cree poder controvertir esto sin más que hacer constar el hecho de que la Dictadura no ha matado; pero eso, precisamente eso -creer que el derecho se reduce a no asesinar-, es una idea del derecho inferior a la que han solido tener los pueblos salvajes.
La Dictadura ha sido un poder omnímodo y sin límites, que no sólo ha operado sin ley ni responsabilidad, sin norma no ya establecida, pero ni aun conocida, sino que no se ha circunscrito a la órbita de lo público, antes bien ha penetrado en el orden privadísimo brutal y soezmente. Colmo de todo ello es que no se ha contentado con mandar a pleno y frenético arbitrio, «sino que aún le ha sobrado holgura de Poder para insultar líricamente a personas y cosas colectivas e individuales. No hay punto de la vida española en que la Dictadura no haya puesto su innoble mano de sayón. Esa mano ha hecho saltar las puertas de las cajas de los Bancos, y esa misma mano, de paso, se ha entretenido en escribir todo género de opiniones estultísimas, hasta sobre la literatura que los poetas españoles. Claro que esto último no es de importancia sustantiva, entre otras cosas porque a los poetas los traían sin cuidado las opiniones literarias de los dictadores y sus criados; pero lo cito precisamente como un colmo para que conste y recuerde y simbolice la abracadabrante y sin par situación por que hemos pasado. Yo ahora no pretendo agitar la opinión, sino, al contrario, definir y razonar, que es mi primario deber y oficio. Por eso eludo recordar aquí, con sus espeluznantes pelos y señales, los actos más graves de la Dictadura. Quiero, muy deliberadamente, evitar lo patético. Aspiro hoy a persuadir y no a conmover. Pero he tenido que evocar con un mínimum de evidencia lo que la Dictadura fue. Hoy parece un cuento. Yo necesitaba recordar que no es un cuento, sino que fue un hecho.
Y que a ese hecho responde el Régimen con el Gobierno Berenguer, cuya política significa: volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios más normales, hagamos «como si» aquí no hubiese pasado nada radicalmente nuevo, sustancialmente anormal.
Eso, eso es todo lo que el Régimen puede ofrecer, en este momento tan difícil para Europa entera, a los veinte millones de hombres ya maltraídos de antiguo, después de haberlos vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años. Y, no obstante, pretende, impávido, seguir al frente de los destinos históricos de esos españoles y de esta España.
Pero no es eso lo peor. Lo peor son los motivos por los que cree poderse contentar con ofrecer tan insolente ficción.
El Estado tradicional, es decir, la Monarquía, se ha ido formando un surtido de ideas sobre el modo de ser de los españoles. Piensa, por ejemplo, que moralmente pertenecen a la familia de los óvidos, que en política son gente mansurrona y lanar, que lo aguantan y lo sufren todo sin rechistar, que no tienen sentido de los deberes civiles, que son informales, que a las cuestiones de derecho y, en general, públicas, presentan una epidermis córnea. Como mi única misión en esta vida es decir lo que creo verdad, -y, por supuesto, desdecirme tan pronto como alguien me demuestre que padecía equivocación-, no puedo ocultar que esas ideas sociológicas sobre el español tenidas por su Estado son, en dosis considerable, ciertas. Bien está, pues, que la Monarquía piense eso, que lo sepa y cuente con ello; pero es intolerable que se prevalga de ello. Cuanta mayor verdad sean, razón de más para que la Monarquía, responsable ante el Altísimo de nuestros últimos destinos históricos, se hubiese extenuado, hora por hora, en corregir tales defectos, excitando la vitalidad política persiguiendo cuanto fomentase su modorra moral y su propensión lanuda. No obstante, ha hecho todo lo contrario. Desde Sagunto, la Monarquía no ha hecho más que especular sobre los vicios españoles, y su política ha consistido en aprovecharlos para su exclusiva comodidad. La frase que en los edificios del Estado español se ha repetido más veces ésta: «¡En España no pasa nada!» La cosa es repugnante, repugnante como para vomitar entera la historia española de los últimos sesenta años; pero nadie honradamente podrá negar que la frecuencia de esa frase es un hecho.
He aquí los motivos por los cuales el Régimen ha creído posible también en esta ocasión superlativa responder, no más que decretando esta ficción: Aquí no ha pasado nada. Esta ficción es el Gobierno Berenguer.
Pero esta vez se ha equivocado. Se trataba de dar largas. Se contaba con que pocos meses de gobierno emoliente bastarían para hacer olvidar a la amnesia celtíbera de los siete años de Dictadura. Por otra parte, del anuncio de elecciones se esperaba mucho. Entre las ideas sociológicas, nada equivocadas, que sobre España posee el Régimen actual, está esa de que los españoles se compran con actas. Por eso ha usado siempre los comicios -función suprema y como sacramental de la convivencia civil- con instintos simonianos. Desde que mi generación asiste a la vida pública no ha visto en el Estado otro comportamiento que esa especulación sobre los vicios nacionales. Ese comportamiento se llama en latín y en buen castellano: indecencia, indecoro. El Estado en vez de ser inexorable educador de nuestra raza desmoralizada, no ha hecho más que arrellanarse en la indecencia nacional.
Pero esta vez se ha equivocado. Este es el error Berenguer. Al cabo de diez meses, la opinión pública está menos resuelta que nunca a olvidar la «gran vilt`» que fue la Dictadura. El Régimen sigue solitario, acordonado como leproso en lazareto. No hay un hombre hábil que quiera acercarse a él; actas, carteras, promesas -las cuentas de vidrio perpetuas-, no han servido esta vez de nada. Al contrario: esta última ficción colma el vaso. La reacción indignada de España empieza ahora, precisamente ahora, y no hace diez meses. España se toma siempre tiempo, el suyo.
Y no vale oponer a lo dicho que el advenimiento de la Dictadura fue inevitable y, en consecuencia, irresponsable. No discutamos ahora las causas de la Dictadura. Ya hablaremos de ellas otro día, porque, en verdad, está aún hoy el asunto aproximadamente intacto. Para el razonamiento presentado antes la cuestión es indiferente. Supongamos un instante que el advenimiento de la dictadura fue inevitable. Pero esto, ni que decir tiene, no vela lo más mínimo el hecho de que sus actos después de advenir fueron una creciente y monumental injuria, un crimen de lesa patria, de lesa historia, de lesa dignidad pública y privada. Por tanto, si el Régimen la aceptó obligado, razón de más para que al terminar se hubiese dicho: Hemos padecido una incalculable desdicha. La normalidad que constituía la unión civil de los españoles se ha roto. La continuidad de la historia legal se ha quebrado. No existe el Estado español. ¡Españoles: reconstruid vuestro Estado!
Pero no ha hecho esto, que era lo congruente con la desastrosa situación, sino todo lo contrario. Quiere una vez más salir del paso, como si los veinte millones de españoles estuviésemos ahí para que él saliese del paso. Busca a alguien que se encargue de la ficción, que realice la política del «aquí no ha pasado nada». Encuentra sólo un general amnistiado.
Este es el error Berenguer de que la historia hablará.

Y como es irremediablemente un error, somos nosotros, y no el Régimen mismo; nosotros gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestro conciudadanos: ¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!
Delenda est monarchia.- 

(La monarquía está acabada)

José Ortega y Gasset.





martes, 2 de abril de 2013

LOS MITOS DEL 18 DE JULIO CONTRA LA REPUBLICA


En vísperas de aniversario de nuestra II República.


Desde 1.936, hace las friolera de 77 años se viene haciendo germinar la idea de que el levantamiento militar de 1.936 estuvo motivado por los desmanes cometidos en las calles españolas a cargo de los partidos, sindicatos y otras organizaciones de izquierdas, el golpe de estado se justificaba por la necesidad de poner freno a lo que los golpistas denominaban una invasión comunista, para acabar con inventadas conspiraciones judeo-masónicas……..últimamente y a la vista de la imposibilidad de sostener tales consignas gracias a la testaruda e incansable tarea de historiadores, cronistas y estudiosos, junto con el acceso a los archivos y la desclasificación como secreto de muchos expedientes y documentos, cada vez más se puede comprobar a través de artículos de prensa, ciertas cadenas de televisión y radio, foros libres y demás medios de expresión nostálgicos de la dictadura como se ha procedido a cambiar el mensaje para justificar un golpe de estado seguido de un levantamiento militar que provocó una guerra fratricida entre los españoles, una guerra que aún hoy en día se quiere seguir presentando por los herederos del franquismo como inevitable y justa.

Ahora los motivos de los nostálgicos del régimen para justificar el levantamiento en armas contra el legitimo gobierno de España, como digo ante la imposibilidad de mantener las mentiras por más tiempo, se centran  en  calificar de insostenible a la situación que venía atravesando España como consecuencia de un supuesto mal gobierno soportado desde la proclamación de la II República en 1931 y con especial foco en el periodo inmediatamente posterior a las elecciones generales de febrero de 1.936, en las que triunfa la coalición de izquierdas denominada Frente Popular.

Esta claro que nada puede justificar un golpe militar y menos aún si se produce en un país que disfruta de un régimen democrático y libre tal y como sucedía en la España de 1.936, pero también está claro que muchos no piensan de esta forma e intentan manipular interesadamente la realidad haciendo de sus tergiversaciones su único argumento para defender un levantamiento en armas de parte del ejercito contra el pueblo, haciendo único responsable de esta tragedia al régimen republicano, a su forma, esencia y práctica e intentando así, de paso, impedir que un régimen republicano vuelva a instaurarse en España.

La polémica suscitada por el contenido del  Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, en el que se trata de dar consistencia histórica a lo que no son más que leyendas publicadas para mantener la idea de la justificación del levantamiento militar de 1936, ha provocado que diversos historiadores españoles entre ellos Fernando Puell de la Villa, Julio Aróstegui, Eduardo González Calleja, Hilari Raguer, Xosé M. Núñez Seixas, Fernando Hernández Sánchez y José Luis Ledesma y Francisco Pérez Sánchez, han publicado el libro titulado “Los mitos del 18 de julio”, unas leyendas elaboradas por los franquistas y con las que han bombardeado a los españoles desde 1.936.

Figuran en el citado libro diez puntos esquemáticos que hacen que la versión franquista se desmorone :

UNO. El golpe del 18 de julio no fue obra sólo de militares, sino también de civiles con papel sustancial para que triunfase.

DOS. Que no fue “un golpe doméstico”, sino que “contó con la connivencia de una potencia extranjera, la Italia fascista, a la que se compró armamento antes del golpe.

TRES. Que la fecha de inicio del golpe está ligada a esos contratos y al apoyo fascista prometido “y desde luego nada tiene que ver con el asesinato de Calvo Sotelo, que no precipitó nada”.

CUATRO. Que la defensa de la Iglesia y del catolicismo “simplemente no existió en el diseño y ejecución del golpe, y no fue ni un objetivo explícito de los golpistas ni su principal motivación, ni hay prueba alguna de que lo fuera”.

CINCO. Que el golpe no pretendía acabar con ninguna insurrección armada en marcha, “sino con las reformas progresistas, pero democráticas, del primer bienio republicano que los gobiernos Azaña-Casares Quiroga retomaron e impulsaron”. 

SEIS. Que “ninguna organización republicana u obrera se puso manos a la obra con el propósito de subvertir el orden constitucional en la primavera de 1936, bien porque no querían, bien porque no podían hacerlo”.

SIETE. Que “no había en marcha ninguna intervención de la Komintern ni de la URSS en España”, porque en “ningún lugar de Europa entre 1918 y 1939 triunfó ninguna revolución obrera ni hubo ninguna ‘expansión comunista’, pues el comunismo ni pudo si supo salir de la URSS”.

OCHO. Que “no había antes de la guerra una ‘violencia revolucionaria’ o un ‘terror rojo’ extendido, no había ninguna dinámica de exterminio ni ‘liquidación de los enemigos de clase’ que pudiera continuarse después del 18 de julio, es decir, no se asesinaba a las ‘gentes de orden’, pues el número de empresarios y propietarios que lo fueron en los meses anteriores al 18 de julio es ínfimo, y el de religiosos inexistente”.

NUEVE. Que “la República no fue un fracaso que conducía inexorablemente a una guerra, sino que fue destruida por un golpe militar que, al contar con la connivencia de un país extranjero y no triunfar en buena parte del territorio y en la capital, se encaminó automáticamente a una guerra civil”.

DIEZ. Que la República “tuvo que bregar por otro lado con una izquierda obrera que tendía con frecuencia al maximalismo, es decir, que consideraba que la democracia era irreconciliable con el capitalismo e inviable mientras este existiese, y que temía que se entregase pacíficamente al fascismo como había sucedido en toda Europa”.

La otra leyenda propagada por los defensores del levantamiento militar es la relativa a las atrocidades de las que se responsabiliza el Frente Popular, de sus asesinatos incontrolados y gratuitos, de sus venganzas, de sus checas,… haciendo creer a la opinión pública desinformada que el Frente Popular, el gobierno de la República, consentía y propiciaba las acciones criminales que se atribuían a los republicanos como por ejemplo el tristemente célebre episodio de Paracuellos del Jarama mostrando a los golpistas como victimas y defensores de la paz y el orden cuando está meridianamente claro que fueron todo lo contrario tanto durante los años de guerra como en los posteriores.

Floren Dimas Balsalobre, investigador, memorialista y amigo nos arroja luz sobre la realidad de estas leyendas y al mismo tiempo pone de manifiesto donde estaba la verdadera represión y el asesinato generalizado, un sistema franquista que nada tiene que envidiar en su funcionamiento y razón de ser a los por todo el mundo condenados campos de exterminio nazis.

"Los crímenes cometidos dentro del territorio republicanos, casi todos llevados a cabo en los cuatro primeros meses del golpe de estado, lo fueron por bandas de asesinos que actuaron en lugares en donde la República no tenía medios coercitivos para impedirlo, salvo el caso de Paracuellos, una matanza organizada sistemáticamente, sí, pero por cuenta y parte de algunos elementos del PCE afines a las órdenes de Stalin, y en medio de la barahúnda de un Madrid sitiado y a punto de derrumbarse ante las tropas de Yagüe. 
El gobierno instalado en Valencia se horrorizó al enterarse de estos crímenes por las llamadas telefónicas de los embajadores de Finlandia y los Países Bajos. Las medidas de orden en la retaguardia republicana tomadas a partir de entonces, se cumplieron a rajatabla. No hay más asesinatos a partir de entonces. En Murcia, el 13 de marzo de 1937, se ejecutó en Espinardo a dos milicianos de retaguardia (una especie de policía civil) por haber asesinado en Murcia a dos gitanos, cuando los conducían de Águilas a Lorca para presentarlos ante el juez por el tema de una reyerta; por su cuenta continuaron el viaje a Murcia para dárselas de valientes en un tren atestado de gente, y al bajar en la estación de Carmen, los llevaron a un callejón cercano (donde ahora está el parking), los soltaron, y les dispararon por la espalda en cuanto echaron a correr. Casualmente un chavalín que vendía periódico los vio, y cuando se personaron el factor y los guardias de asalto al escuchar los dispararos, el chaval testificó que no es que los gitanos se habían escapado, si no que los habían asesinado. La alocución del fiscal José Gomís en el juicio (aparece en trascripción taquigrafiada en el diario El Liberal de Murcia) es un alegato enérgico y de una grandeza jurídica tal, que debería enseñarse en la Escuela de Práctica Jurídica.
Al contrario que en Alemania, la sociedad española se divide entra los que desconocen los horrores del franquismo, incluso durante la guerra civil, pero sobre todo, durante la larga posguerra. Con cifras de exterminio mucho más modestas que las del nazismo, 171.000 republicanos con nombres apellidos, con lugar y fecha del asesinato (listas entregadas en la sala sexta de la Audiencia Nacional que llevaba el juez Garzón) fueron ejecutados por sentencias de tribunales militares. 

En las tapias del cementerio de Granada, entre 1936 (sic) y 1947 se asesinaron a 2.002 personas  http://es.wikipedia.org/wiki/Fusilamientos_en_el_cementerio_de_Granada , en el cementerio general de Málaga de San Rafael. 7.000 incluyendo a varias mujeres embarazas, asesinadas entre el 7 y el 28 de febrero de 1937, tras la toma de la ciudad por los franquistas; lo cuenta la historiadora Eiroa San Martín en su libro “Viva Franco, mujer y violencia en Málaga, 1937”
La matanza de Badajoz: (http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Badajoz) Se calcula en 2.000 los republicanos, todos paisanos, asesinados cerca de la actual presa de Vélez de Banaudilla, incontables (no se han encontrado los registros) los fusilados en el campo de concentración de Castuera (leer testimonio en: http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Castuera
No se computan aquí los fallecidos por hambre, a causa de las palizas –innumerables-, los suicidios, los cientos de miles de condenados a condenas de presidio en condiciones infrahumanas, los exiliados, los depurados y separados de sus trabajos o funciones, y un largo etc. de represaliados bajo las más variados formas de persecución. La cifra puede alcanzar los cinco dígitos, tirando por lo bajo.
Otro campo del que no tienen aún datos porque las listas han aparecido recientemente en el Archivo General de la Administración, es el de Miranda de Ebro y sobre todo, en el de Albatera http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Albatera
Solo en Murcia (Espinardo) son enterrados en fosas comunes 1.050, 38 en Lorca, 23 en Caravaca, 34 en Totana, 6 en Mazarrón, 175 en Cartagena (Los Remedios), entre 7 y 12.000 en el cementerio general de Valencia (la alcaldesa Rita Barberá prohibió que se levantase un monumento a su memoria), 1.300 en el Campo de la Bota en Barcelona http://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_del_Campo_de_la_Bota)
Oviedo:   http://www.fosacomun.com/Santander: http://politica.elpais.com/politica/2012/02/07/actualidad/1328612620_891857.htmlen Colmenar Viejo: http://www.congresovictimasfranquismo.org/wp-content/uploads/2011/12/10.-VVAA.-Ejecuciones-en-Colmenar-Viejo.pdf  y en las tapias del Cementerio del este en Madrid, http://www.memoriaylibertad.org/LISTADO_ABIERTO_VICTIMAS_MORTALES_DEL_FRANQUISMO_EN_MADRID_.htm



En relación con Paracuellos del Jarama ,finalizada la guerra, se montó la mayor operación policial-militar de la historia de España, para detener a los autores, cómplices, inductores, encubridores, etc., de la masacre. Según la Causa General-Madrid,, entre 1939 y 1942, hubieron más de 300 ejecutados por esta causa, es decir, que estos crímenes no quedaron impunes, como se da a entender en la literatura pro-franquista, tipo Pío Moa o César Vidal, y los contertulianos de Intereconomía, la COPE  y Libertad Digital.
Ni cualitativa ni cuantivamente, admiten comparacion las presiones de las facciones enfrentadas; una duró cuatro meses (lo que tardó la Repúplica en recuperar el control perdido por la sublevación) y la otra duró los tres años de guerra (las matanzas de civiles, especialmente en áreas rurales, eran la norma en los avances de los llamados "nacionales") prosiguiendo con una extrema saña en la posguerra hasta 1948, y salpicando ocasionalmente de sangre los muros de los cementerios hasta dos meses antes de que el dictador expirase por fin.



Mapa de los Campos de Concentración franquistas


Si se pregunta a cualquier español qué sabe de Dachau, Auswichtz, Trebilnka o Mauthausen, seguro que lo asocia al genocidio nazi. Si se les pregunta por la geografía del horror franquista que hemos repasado someramente aquí, seguro que la expresión del 99,9 % de los encuestados será de total desconocimiento."

Han sido muchos años de desinformación, de adoctrinamiento, de represión, de difundir una historia falsa. 

Todas las historias, hasta las más falsas, tienen algo de verdad, por tanto no solo debemos limitarnos a leer, también debemos interpretar lo leído, conocer la verdad es muy importante y no podemos dejarnos engañar, menos aún cuando la evidencia está al alcance de nuestra mano.

Hay dos libros cuya lectura quiero recomendar  :


Conocer nuestra historia es vital:

 “La historia es émula del tiempo, depósito de acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”.
Miguel de Cervantes.



Benito Sacaluga