martes, 15 de marzo de 2016

SABOTAJES A LA FLOTA REPUBLICANA




Los numerosos y continuos sabotajes a las unidades de la Flota Republicana, por parte de aquellos que siendo partidarios del golpe estado y posterior sublevación militar permanecieron en las filas republicanas, tanto dentro de la propia Flota como en la Base de Cartagena, en su Arsenal e incluso en los talleres de la Constructora Naval, fueron determinantes en el resultado de la guerra. Dichos sabotajes comenzaron a llevarse a cabo desde el inicio de la sublevación de julio de 1936.

El día 16 de noviembre de 1936, el Comité Central de la Flota, desde el crucero “Libertad”, emitía la siguiente Circular:

" En vista de lo expuesto por el Jefe de las Flotillas de Destructores en la tarde de hoy, comunicamos a todos los Comandantes y Comités de los buques lo siguiente:

En el destructor “Almirante Antequera” que debía de haber quedado listo en el día de hoy, se ha encontrado, al efectuar las pruebas, una tuerca en el interior de una válvula, originando la inutilidad de la misma y por consiguiente la inhabilitación del destructor para navegar. Como estos actos, que pueden ser de sabotaje, ya han sido repetidos en distintas ocasiones este Comité Central ante el peligroso y vergonzoso caso, ha tomado las siguientes medidas:

1º.- Los Comités elegidos por sufragio popular tendrán un plazo de inamovilidad de tres meses de duración como mínimo, a partir del día de la fecha, debiendo de obrar durante todo ese tiempo con la máxima energía, sin transigir en ningún momento a la actuación generalmente equivoca y perturbadora de una exigua minoría reaccionaria, para cuyo fin dará cuenta inmediata a esta Jefatura y Comité Central al objeto de eximirse de una responsabilidad que sobre él pudiera recaer, facilitando para ello datos concretos para mejor juzgar a aquellos que escudándose en la profesión que ejercen, perturban la labor de los que con gran tesón luchamos en defensa de la noble causa de la República.

2º.- Asumirán totalmente la responsabilidad que les correspondan, los Comités y Jefes de Sección, debiendo responder éstos con eficacia del perfecto funcionamiento de la Sección que les está encomendada.

Asimismo será mayor la responsabilidad de los Jefes de Sección, pudiendo recaer en los subalternos de éstos, por las deficiencias que puedan observarse como resultado de un control mal ejercido en una reparación efectuada en malas condiciones por los obreros que intervengan.

Por consiguiente para evitar estas deficiencias se hace más necesario que nunca el control que se debe ejercer sobre estos, ya que con el nombre de obreros se albergan elementos reaccionarios, cuya función es en extremo perturbadora para los fines que se persiguen.

Muchos pretenden que la Flota no esté lista, ni se halle en disposición de actuar, mientras los barcos facciosos se pasean por el Mediterráneo bombardeando a su libre albedrío a los pueblos hermanos, facilitando su labor destructora elementos que aportando un cúmulo de impedimentos a la realización de un trabajo.

3º.- Para el mejor desarrollo de los trabajos que en los buques averiados se efectúen, todo el personal de la Sección de Máquinas, Artillería y Torpedos quedará a bordo mientras duren dichas reparaciones, en el bien entendido de que no podrán ausentarse del barco hasta que las reparaciones hallan tocado a su fin, garantizando con su presencia e intervención el control que se debe mantener en todo momento.

En consecuencia consideramos que no debe ser objeto de discusión el cumplimiento de esta orden. Así pues, en todos los buques que se hallen comprendidos en plan de reparación, se abstendrán de salir a tierra los individuos que correspondan a la Sección donde se estén efectuando las reparaciones, pudiendo salir el resto con arreglo a lo vigente en el vigente horario de francos. 

Los barcos que se hallen listos de reparación disfrutaran de los beneficios que señala el citado vigente horario, pudiendo inclusive los de localidad anticipar su salida a las trece horas en lugar de a las catorce.

Los barcos que estén pendientes de salida, o sea, a régimen de dos horas, podrán disfrutar del mismo beneficio, limitándose a hacer actos de comparecencia por el buque de guerra que se halle amarado en el Club de Regatas, o bien por vía telefónica, cada dos horas, donde les informaran de las novedades.

De lo dicho en el anterior párrafo, estarán exentos de dicho beneficio los buques que se hallen fondeados fuera de malecones, haciendo constar que el individuo que no se presente a bordo será castigado con la máxima severidad por entenderse que la pérdida de buque en tiempo de guerra debe considerarse como boicot a la República.

Compañeros, nos parece vergonzoso que teniendo el enemigo un solo destructor, “Velasco” (tipo Lazaga), lleve cuatro meses funcionando sin interrupción, mientras que nosotros con doce destructores modernos y dos tipo Lazaga, no nos sea posible disponer en este momento de más de cuatro unidades operativas.

Esto es indignante y no debemos de tolerarlo bajo ningún concepto todos los que tenemos la responsabilidad de velar por la eficacia de nuestros destructores, para poder demostrar así que somos los únicos dueños de los martes que baten el litoral hispánico, demostrando así que los barcos piratas son insuficientes para combatir contra la eficacia de nuestra Flota".

Curiosa circular, donde se pone de manifiesto una cierta falta de disciplina militar en la Flota, en mi opinión a causa de la intervención en el mando de los Comités. A correcto proceder dicha Circular debería ser exclusivamente una Orden emanada del mando militar de la Flota, orden y punto,  y no una exposición de razones justificativas de su emisión, acompañadas de una inoportuna arenga, casi implorando o motivando a las dotaciones para conseguir el cumplimiento de sus obligaciones. La función de los Comités era, o al menos debería haberlo sido, el control de las dotaciones en relación con su voluntad inequívoca de servir a la República, la depuración de elementos afines a la sublevación, y el control de un estricto cumplimento de las órdenes recibidas del Estado Mayor y del Gobierno a través del ministerio de Marina. A mi modo de ver, la intromisión de los Comités en funciones exclusivamente militares, tanto de organización como de estrategia y combate, fue un error muy grave. En el mando de un buque de guerra no deben intervenir politicos y mucho menos si éstos carecen de los conocimientos necesarios, tal y como es el caso de lo ocurrido en la Flota.

No obstante, la mencionada Circular tuvo escaso o nulo efecto en relación con la lucha contra los sabotajes. Los actos de sabotaje se siguieron produciendo durante toda la guerra, tanto en las bases (Cartagena, Málaga y Mahón), arsenales y talleres, como en alta mar o  en puertos extranjeros, sabotajes incluso realizados por miembros de la marina alemana. Los simpatizantes con la sublevación se encontraban en todas las escalas y a todos los niveles, sobre todo dentro de la oficialidad, y además las actuaciones de la denominada Quinta Columna (1) no fueron combatidas con efectividad en ningún momento. Es cierto que muchos marinos traidores fueron detectados y apresados, pero estos solo representaban una pequeña parte de todos los pro-franquistas infiltrados en la Marina Republicana. 

Por otro lado no podemos olvidar la existencia de amplias redes de espionaje, unas redes que incluso realizaban su labor desde el Ministerio de Marina. Este espionaje era tan intenso y efectivo que en muchas ocasiones las órdenes emanadas desde el ministerio eran conocidas antes por la Quinta Columna que por los destinatarios de las mismas.


Benito Sacaluga.



Enlaces en este blog relacionados con sabotajes:














(1) QUINTA COLUMNA

La expresión, atribuida por unos a Mola y por otros al General Varela, se usa desde 1936 para denominar en tiempos de conflicto bélico a los sectores de la población que mantienen lealtad hacia el bando enemigo, colaborando con este desde la clandestinidad e infiltrados en el ejercito que defiende la zona o el país. Se trata pues de un conglomerado de personas desleales a la comunidad donde residen, colaboracionistas de muy diversas formas con el enemigo.

En la Segunda Guerra Mundial la expresión se siguió utilizando, en este caso la Quinta Columna estaba formada por aquellos franceses, centro-europeos,etc...,que deseaban el triunfo de la invasión de sus países por la fuerzas nazis y a tal efecto colaboraban de diversas formas con el III Reich.





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